Los bots de spam son el centro de la batalla entre Elon Musk y Twitter

Algunos son atomatizados pero otros los operan personas. Hay algunos bots que son considerados “buenos”, pero la mayoría no lo son.

Los bots de spam son el centro de la batalla entre Elon Musk y TwitterLa sede de Twitter en San Francisco, el 24 de abril de 2022.

El viernes, el millonario tecnológico Elon Musk anunció que ponía fin a una oferta de 44.000 millones de dólares para comprar Twitter. La razón, dijo, era un desacuerdo persistente sobre el número de cuentas que son bots de spam que existen en la plataforma. Ahora, la cuestión de qué constituye una cuenta de bot de spam, y cuántas hay en Twitter, es probable que esté en el centro de las batallas legales entre Musk y Twitter sobre el acuerdo fraguado.

¿Qué son los bots de spam?

Aunque a veces se les llama “bots”, “spam” o “cuentas falsas”, todas esas palabras se refieren a cuentas falsas que imitan la manera en que la gente usa Twitter. Algunas cuentas de spam son automatizadas, pero otras las operan personas, lo cual hace que sea complicado detectarlas.

Los bots pueden tuitear a la gente, compartir tuits, seguir y ser seguidos por otras personas, entre otras cosas.

¿Por qué son un problema los bots de spam?

Durante años, Musk ha expresado su preocupación por los bots de spam que hay en Twitter. En 2020, participó en un evento para empleados de Twitter y animó a la empresa a hacer más para prevenir y eliminar los bots de spam.

Desde que en abril anunció su intención de comprar Twitter, Musk ha tuiteado en repetidas ocasiones sobre los bots de spam en la plataforma. En mayo, cuando el director general de Twitter, Parag Agrawal, tuiteó sobre cómo la empresa detecta y combate los bots de spam, Musk respondió con un emoji de caca.

En una carta de seis párrafos emitida el 6 de junio, los abogados de Musk le exigieron más información a Twitter, pues afirmaban que la compañía estaba “rechazando las solicitudes de Musk de recibir más datos” para revelar el número de cuentas falsas en su plataforma. Eso suponía un “claro incumplimiento material” del acuerdo, aseguraban los abogados, diciendo que daba a Musk el derecho a romper el acuerdo. Al día siguiente, Twitter accedió a permitir a Musk el acceso directo a su “manguera de fuego”, el flujo diario de millones de tweets que fluyen a través de la red de la compañía.

Desde que salió a cotizar en la bolsa en 2013, Twitter ha calculado que aproximadamente el 5 por ciento de sus cuentas son bots de spam. El jueves, la empresa dijo a los periodistas que elimina alrededor de un millón de cuentas de bots de spam cada día y bloquea millones más por semana hasta que las personas detrás de las cuentas puedan pasar las pruebas antispam.

Sin embargo, la empresa permite cuentas de bots de spam, que prefiere llamar bots automatizados, que realizan un servicio. Twitter anima a muchas de estas cuentas a etiquetarse como bots en aras de la transparencia. La empresa argumenta que muchas de esas cuentas prestan un servicio útil.

¿Cómo se han usado los bots en Twitter?

Twitter define los bots de spam buenos como cuentas automatizadas que “ayudan a la gente a encontrar información útil, entretenida y relevante”. Por ejemplo, @mrstockbot le da a la gente respuestas detalladas automatizadas cuando preguntan precios de acciones bursátiles, y @earthquakebot tuitea sobre cualquier terremoto de magnitud 5,0 o superior en todo el mundo a medida que se producen.

Pero otros bots de spam son utilizados por gobiernos, corporaciones o malos actores para diversos fines inicuos. Durante las elecciones presidenciales de 2016, Rusia utilizó cuentas de bots de spam para hacerse pasar por personas estadounidenses e intentar sembrar la división entre los votantes de Estados Unidos.

Los bots de spam que se dedican a las estafas se encuentran con frecuencia en Twitter tratando de persuadir a la gente para que envíe criptodivisas, o moneda digital, a carteras en línea para obtener premios que no existen. A veces, los bots de spam también se emplean para atacar a celebridades o políticos y crear un entorno hostil para ellos en internet.

La sede de Twitter en San Francisco, el 24 de abril de 2022. (Jim Wilson/The New York Times).

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